Ya hace una semana más o menos fue «el peak» de los incendios forestales… no sé si es que estoy desinformada pero… ¿cómo es que sabiendo que en estas fechas esto sucede, no se hace nada para prevenir? ¿no saldría más barato tirar agüita en los bosques secos? Es una pena perder tanto verde, una lata porque afecta a gente; a algunos más directamente que a otros.
La otra vez venía en la micro de vuelta a casa, con Simón al lado – esos días estuvo ahogandose con todo a causa del humo y supongo que también por las alergias de la época -, y miraba el sol, el humo, se veía precioso pero el solo hecho de pensar de dónde procedía todo hacía que mis ojos se agradaran y me hacía pensar «woow, increible», increible todo lo que se afecta el ambiente con un incendio, con alguna botella de vidrio tirada en un mal lugar, con algún loco fanático que diga «Dios me envió a quemar el mundo«; no saben el daño que hacen.
Y así pues, estoy tan acostumbrada a salir sin la cámara (ocupa mucho espacio y me da miedo que la roben, así es que no la saco «por si acaso», sino solo cuando se que la usaré) que pasé la mitad del camino mirando asombrada y la otra mitad tomando fotos, después de darme cuenta que llevaba la mochila en mi falda, jajaja.
Deja un comentario